He escuchado recitar a Luis del Olmo un poema de Antonio Machado dedicado a García Lorca con motivo de su fusilamiento … en Granada. En su Granada.
Merece mucho la pena leer la poesía de García Lorca porque la sensibilidad que despren
de, te llega. Yo he gozado con ese juego de palabras que utiliza, su colorido, música, metáforas y su mensaje, siempre con un trasfondo social. Es bueno deleitarse leyendo el Romancero gitano, Poeta en Nueva York, Poema del cante jondo… Tiene tan buena poesía que no cabe toda en un folio, ni en la memoria.
Y si lo que se prefiere es el teatro, Bodas de sangre, La casa de Bernarda Alba o Mariana Pineda, por no citar más, nos transportará a la España de la primera mitad del siglo pasado para mostrarnos las costumbres y forma de pensar de entonces. Al leer su teatro me recuerda a Alejandero Casona, que dejó escuela, y Federico puede ser uno de sus discípulos.
Federico García Lorca no deja indiferente a nadie. Hay que tomar partido: o te apasiona o lo rechazas. A mí me apasiona.